La guerrillera Gladys Báez nació en 1962 en la ciudad de Juigalpa, Chontales. Desde muy joven, se integró a la lucha por los derechos de la mujer. En 1963, participó en el Congreso Mundial de Mujeres en Moscú, donde estableció sus primeros contactos con el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Hoy, con 60 años de militancia sandinista, Nicaragua despide a esta luchadora revolucionaria.

La ciudad de León, donde vivió y luchó incansablemente por la liberación, la reconoció como hija dilecta y le rindió altos homenajes desde el Palacio Municipal. Desde allí salió su féretro a las 3:30 p.m., al son de las campanas de la majestuosa catedral y con el vuelo de centenares de palomas que sobrevolaron la carroza fúnebre.

Gladys Báez, comandante guerrillera conocida como Adelita, es recordada por su participación en la gesta heroica de Pancasán. Su búsqueda por la libertad de la patria la llevó a padecer el encarcelamiento por parte de la Guardia Somocista.

A pesar de los múltiples intentos de doblegarla, nunca se rindió. Continuó adelante y, tras el triunfo, llegó a ser la Secretaria Nacional de la Mujer del Frente Sandinista. Además, siguió defendiendo los derechos de la mujer desde la Asamblea Nacional como diputada desde 1984.

Sus compañeros diputados le rindieron homenaje otorgándole la Medalla de Honor en Oro de la Asamblea Nacional, y la recordaron por su ternura, cariño y humanidad.

A lo largo de su vida, recibió muchos reconocimientos, incluido el Doctorado Honoris Causa de la UNAN-León. Fue precursora del Código de la Familia y defensora de la restitución de los derechos de los nicaragüenses.

Gladys Báez dedicó su vida a la causa, a la revolución, al Frente Sandinista, al amor por los más pobres de este país”, comentó el diputado Edwin Castro, quien aseguró a la familia que tienen una joya: la Adelita que navega en sus vidas y se convirtió en la guerrillera que nunca fue doblegada.

Periodista: Héctor Calero