Un total de 157 ballenas, incluidas falsas orcas u orcas negras, han muerto o serán sacrificadas tras quedar varadas en el noroeste de Tasmania, Australia. Las autoridades informaron que los animales habían estado atrapados entre 24 y 48 horas antes de ser encontrados en la costa, en las cercanías de Arthur River, en el océano Pacífico.

Veterinarios y conservacionistas marinos intentaron salvar a unas 90 ballenas que sobrevivieron al varamiento inicial, pero los esfuerzos fueron obstaculizados por las condiciones climáticas desfavorables, que impidieron su regreso al agua. Las autoridades esperan que el clima continúe siendo un desafío en los próximos días.

Brendon Clark, funcionario local, explicó que todas las ballenas vivas serán sacrificadas para evitar más sufrimiento. En un comunicado, el biólogo Kris Carlyon indicó que la eutanasia era el último recurso, ya que todas las opciones previas habían fracasado.

Este incidente no es aislado, ya que en 2020 y 2022 se registraron varamientos similares en Tasmania, con resultados igualmente trágicos. La comunidad científica sugiere que estos varamientos podrían estar relacionados con sonidos de buques o una desorientación de los ejemplares por enfermedad.